sábado, 6 de octubre de 2012


Los jóvenes como receptores mediáticos


Resumen.
Los medios de comunicación se encargan de difundir información hacia  un público que esta siempre al tanto de los acontecimientos que pasan, pero solo la extiende sin saber si lo que se esta transmitiendo, tiene un cierto grado de interés y recepción activa.
Los jóvenes son vistos por los medios como receptores fáciles de persuadir y lo hacen mayormente a través de programas que tienen que ver con violencia, drogadicción, etc. Con el único fin de ganar audiencia, ya que gran parte de la población esta conformada por chicos que estudian secundario y superior.
Lo  que aquí se plantea es educar a la audiencia, desde la escuela. Las personas que consumen medios deben de tener capacidad de análisis para no dejarse influir fácilmente y poder inmiscuirse como actores activos en el proceso medio-audiencia.
Desde temprana edad, el joven se debe convertir en un sujeto activo que utilice su capacidad intelectual no solo para recibir mensajes, sino para descifrar lo que este quiere decir, construir una imagen del todo el mensaje y forjarse una idea mas precisa del contenido del formato mediático.
Por lo tanto los colegios deben tener en su curricular un curso donde se les enseñe a los alumnos desde muy niños a saber interpretar un mensaje y a analizarlos críticamente1, pero claro, para esto el centro educativo deberá contar con fuentes que permitan a estos, informarse, ya sea a través de las bibliotecas institucionales, publicas o unidades especiales de apoyo docente y discente.

Palabras claves:
Jóvenes, educación, medios de comunicación, análisis critico, audiencia activa, participación cívica, violencia, construcciones sociales.

Desarrollo.

Los observatorios de Jóvenes de Periodismo y Comunicación Social de algunas universidades, están tratando y tienen como tarea, recuperar y analizar las configuraciones mediáticas sobre juventudes, entendiendo que los medios, en tanto actores sociales, producen discursos que construyen realidad2, y que además potencian, intensifican y organizan la circulación de esos discursos. Los medios ya no aparecen como meros transmisores de información sino que articulan uno de los escenarios de representación de los sentidos que intervienen en los procesos de construcción de subjetividad, y disputan la hegemonía con otros actores sociales.
Las juventudes de hoy, están entendidas como construcciones sociales que se articulan de manera compleja a partir de la edad, la generación, la clase social, el género y el marco institucional, son configuradas por ciertas operaciones en las cuales el discurso mediático delimita un horizonte de sentido en el cual se circunscribe lo juvenil. Rastrear las conceptualizaciones sobre lo juvenil en las narrativas mediáticas implica, entonces, recuperar algunas representaciones sociales sobre las juventudes, tanto cómo develar de qué manera los intereses mediáticos construyen sentidos en torno a lo juvenil. 
Los programas que emiten los medios de comunicación en relación a las juventudes tienen que ver con hechos violentos3. Ya sea como víctimas o victimarios, los y las jóvenes aparecen en los medios ligados a casos de violencia, siendo objeto de delitos casi con la misma proporción en la que aparecen como sujetos de riesgo, sean protagonistas de hechos de violencia o puntualmente ligados a prácticas delictivas. Un claro correlato de esto es que la sección donde mayor cantidad de noticias sobre jóvenes aparecen, en términos generales, es la policial.
La abrumadora mayoría de voces proviene del ámbito judicial, ya sean jueces, fiscales, defensores o voceros. Aún más, luego del ámbito judicial las voces más escuchadas por los medios son las policiales y las de funcionarios públicos de diferentes instancias del Estado, ya sea nacional, provincial o local. Muy relegadas aparecen las voces de los y las jóvenes, protagonistas centrales de las noticias abordadas, y aparecen incluso después de las voces de sus propios familiares.
El escenario se completa con los territorios. Desde las configuraciones mediáticas, el lugar en el que predominantemente suceden los hechos protagonizados por jóvenes es la calle. A mucha distancia aparecen los territorios familiares, y más lejos aún los escolares y los laborales.
A partir de estos datos se ve como los medios configuran juventudes a partir de su relación con hechos violentos, un mapa que sitúa a jóvenes víctimas y victimarios en la calle, alejados de lo familiar, lo educativo y lo laboral; y en el que dan cuenta por sus actos, antes que ellos mismos o sus familiares, la justicia y la policía. Esto a su vez separa a lo juvenil de otro tipo de enunciadores, ligados a la participación en distintas instancias, como lo político, lo artístico, o cualquier práctica colectiva.
Fundamentalmente, los medios privilegian la visibilidad de cierto tipo de información que configura un tipo de juventud, que los piensa a partir de las agendas del deterioro, y en detrimento de una multiplicidad de prácticas que aparece en mucho menor medida en las narrativas mediáticas, evitando así la complejidad de lo juvenil, invisibilizando aspectos que hacen al ejercicio de la ciudadanía de los y las jóvenes, que no son solo víctimas o victimarios ni sujetos escindidos de lo político, en el más amplio de los sentidos.
Experiencias juveniles ligadas a la apropiación de lo público como territorio a ocupar para el ejercicio de ciudadanía en todos sus aspectos, formas de producción, consumo cultural y organización, son tomadas desde un segundo plano. Las políticas editoriales que  configuran narraciones juveniles a partir de las agendas del deterioro carecen de la posibilidad de reparar en las luchas hegemonías y la capacidad de agencia de los jóvenes.
Hoy más que nunca se promueve el espacio público, especialmente on-line. A pesar de ello, el papel de la producción mediática pública en la cultura juvenil no ha sido muy relevante el ámbito de lo educativo. Lo que se requiere aquí, es las relaciones entre la participacióncívica y la difusión mediática de la juventud en el contexto de sus intervenciones e interacciones.


Conclusiones.
Los colegios están en la obligación de contar con fuentes necesarias para que el alumno tenga fácil accesibilidad a información y también deben crear en ellos un sentido crítico y analítico de cómo recepcionar el mensaje; para que no sean presa fácil de los medios de comunicación, que muchas veces a través de programas o publicidades tratan de llegar de la forma mas fácil utilizando como principal herramienta a la psicología.

Los medios de comunicación deben preocuparse no solo de informar, sino también de construir en los jóvenes un sentido hacia la reflexión de lo malo que puede llegar a ser comportarse de determinada manera en alguna situación que se les presente. Un ejemplo de esto, podría ser el consumo de drogas.


Referencias bibliográficas
1.     David Buckinham… “Educación en medios.  pág. 25-35.
2.    2.  Lourdes Romero…” La Realidad Construida en el Periodismo: Reflexiones Teóricas”…. pág. 15-1
3.      3. Camacho Markina,Idoia Camacho… “La especialización en el periodismo: Formarse para informar” pág. 65-67





1 comentario:

  1. Ysmelda,
    Noto cierto enfoque periférico en lo que escribes, como que algo más necesitado de merituar las audiencias como una experiencia de participación más que de consumo.
    Conviene que desarrolles mejor tus referentes para que puedas dar con lo propio, auténtico, evitando así resumir.

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