sábado, 2 de noviembre de 2013

¿Qué creen que pueden comunicar los pobladores?

¿Qué creen que pueden comunicar los pobladores?

Al llegar por primera vez al distrito de Pátapo, nos encontramos con una realidad un poco difícil pero no imposible de superar; la cotidianeidad de los pobladores es un poco desordenada, debido a la bulla que ocasionan las mototaxis, conducidas por jóvenes que creen que tener uno de estos vehículos, es sentirse un “super man”.

Al preguntar a los patapeños por su realidad, encontramos que con frecuencia respondían que en su distrito no hay progreso; que las autoridades elegidas por ellos no cumplían con lo prometido y que ya estaban cansados por lo que les tocaba vivir.

Conversamos con muchos niños, jóvenes y adultos, quienes siempre terminaban respondiendo con un “no hay oportunidades de trabajo” y por esa razón existían jóvenes que se dedicaban a obtener beneficios, haciendo daño a otras personas.

¿Será posible que los pobladores de este distrito rompan ese paradigma, que los tiene inmersos ante un pensamiento conformista?

Pátapo es un distrito que es muy reconocido por su caña de azúcar que siembra a sus alrededores,  es por eso que lo llaman “La tierra de la miel”, cuenta con una empresa azucarera que es la principal fuente de ingresos para los pobladores, muy a parte tenemos el comercio.

Nos interesó trabajar con los jóvenes de ese distrito, ya que eran los protagonistas de las respuestas negativas dadas por los pobladores. Aquí algunas de las respuestas ante la pregunta ¿qué opinión tienen de los jóvenes de Pátapo? Son unos vagos, no respetan, no tienen en que ocuparse, etc.

A partir de esto, nuestras miradas estaban enfocadas en los jóvenes, logramos conversar con muchos de ellos, quienes en algún momento se sintieron intimidados, pero que conforme veían en nosotros personas comunes, nos iban contando sus problemas y el porqué muchos pensaban mal de ellos. “No hay trabajo” era la frase que utilizaban para justificar sus andadas.

Esta frase nos conllevo a crear iniciativas que involucraban a todos los jóvenes patapeños; llegando a que una de ellas era trabajar con los chicos del colegio José Domingo Atoche, un colegio técnico y nacional que enseña también talleres de carpintería, metálico y repostería.

Ahora la pregunta es ¿por qué con ellos? Lo decidimos debido a que muchos de los jóvenes interrogados estudian o provienen de ese colegio y otra de las grandes ventajas es que ya tienen una base para poder ocupar su tiempo en algo laboral.

Quizás muchos nos pregunten por qué no involucrar a todos los jóvenes patapeños; pero algo que hemos aprendido, es que al no querer participar todos, podemos empezar por un grupo, que no solo contribuya a tener algo, sino a fomentar lo aprendido a los demás; y que mejor que trabajar con alumnos de este colegio que ya tiene como base una enseñanza técnica.

En nuestros encuentros con estos jóvenes de carpintería y repostería, se han obtenido resultados óptimos que van a beneficiarlos; ya que ellos son los protagonistas de su desarrollo y son quienes aportan con sus propias ideas a que el proyecto “Aprendiendo a hacer empresa” se haga posible. Este proyecto que tuvo como causa las opiniones de los jóvenes; tiene como objetivo romper el paradigma que envuelve a Pátapo y sobre todo terminar con aquella percepción que se tiene de los jóvenes.

Ahora los jóvenes están hablando mucho de este proyecto y sobre todo comunicando experiencias que las han venido teniendo durante el transcurso de nuestras visitas; pero lo más notorio es que se sienten orgullosos de ellos mismos porque quieren ser reconocidos por los demás como jóvenes que producen y sobre todo, quieren proyectar el talento que llevan consigo.

Me llamó mucho la atención cuando muchos de ellos se acercaron a mi durante la primera actividad y me manifestaron su interés, de que sus productos sean conocidos por los demás; incluso a partir de nuestras conversaciones, ellos se dieron cuenta que tienen mucho que comunicar, como por ejemplo cuando un joven propuso a sus demás compañeros enviar un documento o hablar con su director para implementar su ambiente de trabajo o ver la manera de conseguirlos.

Estas charlas fueron de gran utilidad porque dieron un “empujoncito” a que los jóvenes transmitan lo que piensan y lo que quieren se haga ya!
Ante todo esto, podría decir que los jóvenes tienen mucho por dar y que están cansados de llevar la vida de los otros, que terminaron de estudiar y por falta de recursos económicos ocupan su vida en hacer cosas no provechosas para ellos.







¿Qué pueden producir ahora, que antes no podían? 

Durante los encuentros que tuvimos con los alumnos del colegio José Domingo Atoche en horas de receso, nos manifestaron lo que han venido aprendiendo en los talleres de mecánica y repostería; en donde muchos de ellos sobresalen por el interés que le ponen a sus trabajos.

Al entrar a los ambientes donde se enseña repostería, las chicas con mucho orgullo nos enseñaban los productos aprendidos en esa clase; pie de manzana era el producto elaborado en ese entonces.

Tanto las alumnas como la profesora, al vernos con una cámara en mano, nos enseñaban sus productos y empezaron a explicarnos el procedimiento; las chicas querían ser protagonistas del video; ya que en un inicio pensaron que éramos de algún medio televisivo y que lo grabado iba ser difundido.

Cuando nos preguntaron por lo que hacíamos, les respondimos que habíamos escuchado acerca del colegio y de los alumnos talentosos que este tiene en sus diversos talleres; ellas muy orgullosas nos respondieron: todo lo hacemos con creatividad.

Al salir de clases, nos quedamos conversando con la profesora, a quien le contamos poco de lo que se quiere hacer a partir de las opiniones de ellos mismos; ella muy entusiasmada nos habló de las alumnas más sobresalientes y nos aseguró que iban a participar, por ser muy creativas y porque ya tenían esa idea de crecer empresarialmente; pero que les faltaba algo para hacerlo.

Lo mismo pasó en el taller de carpintería, encontramos a los jóvenes tallando una mesa y muchos de ellos terminando productos de carpintería como: mesas, sillas, roperos, etc.

¿Será posible que en estos jóvenes este la idea de crecer como una empresa a partir de sus propios productos?

Los alumnos del colegio José Domingo Atoche se han mostrado muy interesados durante las sesiones llevadas a cabo, interactuaron entre ellos y expusieron sus propias ideas acerca de su distrito y todas las carencias que les falta para progresar.

Al hablar de lo bueno de Pátapo, en casi todos los grupos estuvo el Colegio Técnico José Domingo Atoche; considerándolo el mejor, por sus talleres y sus buenos profesores.

Muchos coincidieron en querer ser reconocidos por lo que producen; no solo en Pátapo, sino también fuera de éste; entonces fue ahí cuando se les preguntó la ventaja y desventaja que tienen estos en su colegio para producir. Hubo muchas respuestas; muchas ventajas y desventajas.

Ahora los jóvenes se sienten seguros de lo que quieren, comparten sus ideas con los demás y lo más importante es que están dispuestos a crear y promocionar sus productos de muchas maneras.

Entonces se podría decir que los alumnos están produciendo muchos ideales que están seguros les ayudará a concretar algo a futuro; como por ejemplo Bryan, un joven un poco inquieto, pero que al final de la reunión se mostró muy satisfecho por el tipo de sesión llevada a cabo. Este alumno mostró mucho entusiasmo, cuando nos dijo que lo consideráramos, ya que piensa que al promocionar y vender sus productos, puede solventar la carrera de administración, a la cual él quiere postular terminado sus estudios secundarios.

Estos jóvenes tienen mucho para dar, y ya empezaron por lo más difícil: la decisión y las ganas de hacer algo nuevo para que Pátapo se sienta orgulloso de ellos y sobre todo ser reconocidos en la región y porqué no, nacionalmente.






¿Cómo se han ido desarrollando los procesos de apropiación?

Ya desde las conversaciones que teníamos con los alumnos fuera de las horas de clase, estos mostraban las ganas de promocionar sus productos, quizás algunos lo decían tímidamente, debido a la poca confianza que se tenía con ellos en un inicio.

Empezamos preguntándoles si les gustaba lo que hacían, muchos respondieron que sí; así como también algunos de ellos nos decían que solo llevaban esos talleres porque era obligatorio.

Poco a poco estos jóvenes iban familiarizándose con nosotros, y nos iban hablando de lo que hacen, la manera de enseñar de sus profesores y del talento de muchos de ellos.

¿Qué era lo que venía luego?

Cuando tuvimos nuestra primera sesión, muchos de ellos se sorprendieron de vernos nuevamente, pero esta vez de forma distinta; porque nos presentamos por nuestros nombres y por la familiaridad con lo que les hablábamos a todos juntos.
En un principio nos preguntaban que íbamos a hacer, nosotros les respondíamos que poco a poco se iban a dar cuenta y que nosotros solo estábamos presentes porque todo lo harían ellos; muchos se miraban unos a otros.

La actividad fue dándose poco a poco con la opinión de todos ellos; finalizando con el interés de muchos.

Los alumnos del colegio José Domingo Atoche ya tenían la idea de vender sus productos elaborados y que no solo quede en una compra-venta, sino ser reconocidos por su talento; nosotros solo complementamos esas ideas con una motivación que se les dio para que se decidieran de una vez y por todas a llevar a cabo sus ideales.

Esta idea la hicieron suya desde el momento que lo pensaron y se fueron apropiando cada vez más con el granito de arena que les dimos; muchos ya aprendieron a hacer un análisis FODA, de lo que toda persona debe hacer antes de formar una empresa; saber a lo que se enfrenta y las ventajas que se tienen para llevar a cabo ciertos objetivos.

Los alumnos ya hicieron suya la idea de sacarle provecho a todos los esfuerzos que hacen para obtener un buen producto. Tanto las chicas de repostería como los chicos de carpintería tienen esas ganas y quieren hacer realidad lo que por mucho tiempo solo tenían en mente.


Con todo este gran potencial que cuenta el colegio José Domingo Atoche, y sobre todo con la decisión de estos jóvenes de crear algo que los lleve a generar ingresos; Pátapo no solo será reconocido por su colegio, sino por la calidad, potencialidad y progreso que tienen sus jóvenes











1 comentario:

  1. Ysmelda Helene,
    ¿Crónica?
    ¿El trabajo es una experiencia o una secuencia de eventos?
    ¿qué papel juega el pesimismo de algunos participantes y la mención estricta de desarrollo?
    La incidencia necesita afirmarse y tener (construir) mejores argumentos para ello.

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